Ni siquiera las disposiciones del propio
presidente ya tienen validez en Estados Unidos. O quién sabe, quizás las
propias instrucciones del mandatario principal son solo parte del juego
imperial y sus apariencias desmedidas.
Ahora resulta que se impide de forma abierta la
renovación de licencias a quienes pretenden viajar a Cuba, imponiendo trabas
burocráticas, papeleos innecesarios pero sin dudas, concebidos para frenar las
intenciones de los que viajen a la isla y además, conocer hasta el más mínimo
detalle de los movimientos de aquellos que lo hacen de forma regular.
Resulta entonces que el Departamento del Tesoro aumentó
los formularios de solicitud de una autorización para operar viajes a la Isla, obligando
a los gestores de estos a llenar casi un centenar de modelos, en los que se
debe demostrar que no se realizaron actividades de turismo regular en ella
en el último año y explicar cada minuto de los viajes realizados.
El propio presidente Barack Obama había
establecido en 2011 el conocido Programa Pueblo a Pueblo en el que ampliaba las
posibilidades de viajes entre nuestros dos países; sin embargo, medios de
prensa norteamericanos revelan hoy que casi ninguna de las organizaciones con
licencias de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) para
patrocinar viajes a Cuba, recibieron sus renovaciones.
Grupos importantes como Harvard Alumni, el
Museo Metropolitano de Arte, National Geographic, Cuba Insight y el National
Trust for Historic Preservation no han podido renovar sus licencias de viaje a
Cuba.
Aunque estas acusaciones han sido desmentidas
por Jeff Braunger, director del programa
para licencias de viajes a Cuba del Departamento del Tesoro, quien dijo que se
han emitido cerca de 140 licencias y se realizan “esfuerzos para procesar la
primera solicitud y las renovaciones de las licencias existente”, la Web de la
Universidad de Harvard, con un viaje a Cuba planificado para el 27 de
diciembre, anunció que está “pendiente a renovación de licencia”.
Por otro lado, Jim Friedlander, presidente de
Academic Arrangements Abroad in New York, un proveedor de servicios de viajes,
comentó que más de 30 organizaciones sin fines de lucro que tienen programas a
Cuba planificados para los próximos 12 meses no han recibido la renovación de sus licencias.
Otros ejemplos desmienten las excusas de
Braunger: Insight Cuba se vio obligada a suspender todos los viajes a la isla organizados
para los últimos dos meses pues su licencia expiró en junio pasado y aún se
mantiene a la espera de su renovación; el Museo Metropolitano eliminó el destino a Cuba de su lista de viajes y
National Geographic, que organizó 29 visitas durante 2011, anunció que solo
tomaría listas de reservas sin depósito.
Por su parte, National Trust también informó en
su Web que los cuatro viajes a Cuba que prevé realizar en lo que resta de 2012,
dependerán de la esperada renovación de la licencia.
En realidad, nada de que asombrarnos y algo más para denunciar. Detrás de cada una de estas trabas burocráticas, la mano de los
pensadores y ejecutores del bloqueo impuesto a Cuba por más de 50 años,
intacto, inamovible, más fuerte en cada administración norteamericana, aunque
se pretenda demostrar lo contrario.
Para los que siguen sin creer en él, sin querer ver sus efectos, intenten entonces ser parte de los que ahora y
cada vez más, deberán esperar por estos mecanismos para poder viajar a la isla.
Y esta es apenas, una de sus aristas, la más reciente quizás, aunque no la más
novedosa y mucho menos, la única.
(Con informaciones tomadas de la Agencia Prensa Latina)
(Con informaciones tomadas de la Agencia Prensa Latina)
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