La vida pone a pruebas una vez más la resistencia humana, los principios verdaderos, la intensidad de las ideas en las que se cree, la justeza de una causa por muy difícil que parezca llegar a conquistarla. Por eso cada paso por la verdad resulta tan meritorio, aunque el camino parezca demasiado empedrado.
Este es el caso de Gerardo Hernández Nordelo, uno de los cinco cubanos presos en Estados Unidos por combatir el terrorismo, por alertar a su país de acciones contra su pueblo, por enfrentar la vida a la muerte inmerecida que pretendían imponer a inocentes sin importar el costo.
Para Gerardo estos casi 14 años de encierro han sido doblemente duros. Él ha recibido un ensañamiento infernal, castigos psicológicos inimaginables –aislamiento, falta de atención médica, incomunicación, entre otros – que se suman al arsenal de mentiras que se han inventado y promovido para concederle una condena que está muy lejos de cualquier delito supuestamente cometido.
Contra él se han tejido pruebas, se han realizado juicios en lugares y con personas pagadas para sobredimensionar su situación y no tener la más mínima imparcialidad, ética y humanidad o que al menos, tenga el derecho a recibir un juicio justo. Por eso este lunes, cuando sus abogados presenten ante la Corte Federal del Distrito de Miami, Florida, una nueva moción con el fin de revocar su injusta condena, se dará un nuevo paso a favor de los principios y la dignidad demostrada por él y sus compañeros.
En esta ocasión, se defenderá el derecho del héroe cubano a comparecer ante un juez que defina si su arresto fue legal o no, pues se tienen pruebas que demuestran que el Gobierno estadounidense incurrió en mala conducta al pagar millones de dólares para que periodistas de Miami influyeran negativamente en los resultados del juicio realizado en esa ciudad en 1998. Se conoce incluso que reporteros vinculados a la extrema derecha anticubana residente en esa ciudad, fueron pagados por el Buró de Radiodifusión del Gobierno, para difundir mentiras contra Gerardo.
Además, periodistas vinculados a la ilegal Radio y TV Martí, recibieron pagos secretos del gobierno norteamericano para publicar artículos antes y después del juicio, información desconocida durante ese proceso y que en esta ocasión, donde se acude a la figura jurídica conocida como hábeas corpus, podría resultar imprescindible y respaldar la demanda de los abogados de los cinco, que durante años han defendido la idea de que el juicio no debía haberse realizado en Miami.
El Comité Nacional por la Liberación de los Cinco, que durante todos estos años no ha cesado en su labor de difusión y apoyo para que se conozca la verdad sobre este caso en todo el mundo, considera que se podría solicitar la difusión de documentos oficiales que demuestran la existencia de esos pagos y convocar a una audiencia pública para denunciar esta operación ilegal y secreta del gobierno estadounidense contra los Cinco y especialmente, contra Gerardo.
Amparados en la Ley de Libertad de Información, personalidades, organizaciones y gente común de todo el mundo, apoyan este nuevo recurso, este paso importante en la revisión del caso de Gerardo, condenado de forma insólita a dos cadenas perpetuas y 15 años de privación de libertad.
Mientras, Adriana Pérez, esposa de Gerardo y a quien se le ha impedido visitarlo durante todos estos años, considera que la presión sobre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para que libere a los prisioneros y permita el regreso de René – liberado hace ya un año y aún en libertad supervisada en territorio norteameericano – debe incrementarse con el apoyo de las fuerzas solidarias de todo el mundo.
Para esta joven cubana, a quien han negado el derecho hasta de tener un hijo con su esposo, participa por estos días en encuentros de solidaridad con Cuba y con los Cinco que se realizan en todo el continente americano, donde ha recibido las más disimiles muestras de apoyo y mensajes de esperanza, cariño y respeto hacia nuestro pueblo, hacia los Cinco y sus familiares.
Para Gerardo, este será otro momento de arranque, un nuevo punto de partida, que me imagino asumirá con energía, optimismo, firmeza y alegría, como nos ha acostumbrado siempre, aunque detrás de su mirada pícara, su rostro valiente, su cabeza erguida y su mirada clara, estén acumulado años de incógnita, desafíos, sufrimientos, de desgaste físico y mental.
Con ellos estamos y estaremos en esta incesante lucha por ellos, por sus vidas, por la verdad, por el futuro. En cada uno el apoyo infinito de su pueblo, el mensaje de las familias de esta isla que es la de ellos, el deseo del regreso merecido y anhelado. Junto a ellos, con Gerardo, por los Cinco, toda Cuba desde acá, también da nuevos pasos.
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