Días y noches de mucho esfuerzo, largas horas de charlas educativas y conferencias, tareas prácticas en centros asistenciales y comunidades, permiten hoy un mayor conocimiento de las acciones de prevención que dan al traste con estos resultados.
Allí se respira alivio, aunque esta será aún, una larga labor que todo los días deberá fortalecerse y llegar hasta lo más recóndito de cada población, de cada comunidad, para llevar más salud y calidad de vida a los haitianos. Ese es al final, el verdadero sentido de nuestra solidaridad.
Actitudes de solidaridad como estas, son las que necesita el mundo, el Mundo en su totalidad porque ya no solo los países atrasados y subdesarrollados están faltos de estos elementales derechos humanos, hasta en las grandes potencias hay niños sin escuelas, y personas que mueren por no tener dinero para que un médico los atienda… Se impone luchar por, menos violencia y más profesores, menos armas y más médicos. Cuba fue, es y será faro de libertad y solidaridad.
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