miércoles, 6 de marzo de 2013

Habrá que acostumbrarse, aunque de otro modo, a seguir con Chávez (+Video)


Casi no tengo palabras para poder escribir. Ha sido demasiado el impacto y aunque parecía lógica la posibilidad de una muerte así por los reportes relacionados de los últimos días, no por ello fue menos doloroso. Por eso ayer, cuando recibí la noticia de la muerte de Chávez mi primera reacción fue escribir en las redes y compartir el pesar con mis amigos de Facebook:  
Parece increíble! Los ojos exaltados, un nudo en la garganta, las lágrimas corren inevitablemente. Nada me parece bueno en este instante. Chávez se ha ido, y con él, un gran líder, un gran hombre, un compañero, un amigo de Cuba y el mundo, un hijo de la tierra americana. Siempre guardaré conmigo los instantes en que tuve la suerte de estar cerca de él, lo mucho que lo escuché, lo tanto que aprendí de su palabra y su espíritu. Se nos fue muy pronto, demasiado pronto, cuando todavía había tanto por hacer. Hasta siempre Comandante. Estarás siempre con nosotros y nosotros con tu pueblo y tu familia.
Así estuve toda la tarde y la noche, hasta que casi amaneciendo nuevamente escribí: 
No puedo dormir.. sigo pegada a las noticias, los comentarios, los deseos de estar equivocados todos. Ya no salen lágrimas, ahora siento una mezcla algo rara de impotencia, rabia y desvelo, aunque el cuerpo me pesa, la cabeza casi estalla, los ojos me arden y el pecho parece anunciar un fuerte crujido de asma provocado por la angustia y las bajas temperaturas. Ya es 6 de marzo, comienza otro día y este ha sido recibido con dolor en gran parte del mundo. Me despido por unas horas abrazando a los cientos de miles de venezolanos que sufren hoy la pérdida de su líder, de su padre compañero, de su guía. Pienso también en los cientos de miles de cubanos que están en este instante en esa tierra hermana, acompañandolos". 
 Así intento resumir un día que me ha parecido inmensamente largo, agobiante y aunque el dolor no disminuye, se vislumbran reflexiones muy optimistas, de futuro, de esperanza, de reafirmación, de un camino que los propios venezolanos han tomado, tal como lo han hecho con las calles por las que hoy han acompañado a su Hugo Chávez,  o al nuestro, porque es de todos.
 Mañana será otro día en el que el pueblo cubano tomaremos las plazas para hacerlo nuevamente nuestro, relampagueante, sonriente, fuerte y erguido como sus ideas y sus acciones. También para decirle adiós, o mejor dicho, hasta luego, hasta siempre. Pues como diría hace apenas unas horas un colega en una crónica televisiva: "Habrá que acostumbrarse a vivir sin Chávez? No, Habrá que acostumbrarse, aunque de otro modo, a seguir con Chávez".

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