La gran Europa: Crisis, violencia e irrespeto por la vida (+ Video)

 

Esta imagen siempre ha llamado mi atención, y podría parecer apenas un montaje, pero no es así.

 Confieso que no soy economista y mucho menos estudiosa a profundidad de estos temas, pero el "efecto dominó" en la economía, ese del que tanto se habla en las universidades, en la prensa, en la voz de economistas, analistas internacionales  o en los pronunciamientos oficiales de gobernantes en todo el mundo, es la imagen más cercana de lo que se ha visto en los últimos meses en "la gran Europa".

Tras las supuestas verdades de superficie que pretenden estamparse, se alza una realidad mucho más cruda. Ya el viejo continente, conocido por su desarrollo, el alto nivel de vida de sus habitantes y las elocuentes ciudades que enarbolan al mundo su grandiosidad y niveles altos de vida, se torna más gris de lo imaginado años atrás. 
La realidad es mucho más dura y directa, y ya toca muy de cerca casi todos los sectores y estratos sociales.  Y aún peor: la crisis económica mundial o más bien, la crisis mundial del sistema capitalista, se ve violentada por recortes sociales y ajustes de gobiernos que cada día afectan con más profundidad a las esferas sociales más sensibles para la población mundial.
Parece desmoronarse poco a poco, pero inevitablemente ya, la imagen ilusoria de los que sueñan con una vida llena de posibilidades para todos, sin demasiado esfuerzo, sin muchos contratiempos, no imagino qué podrían pensar ante la magnitud de las huelgas, el nivel de desempleo, la falta de confiabilidad en las instituciones estatales y la represión desatada tras las medidas gubernamentales. 
Grecia, Portugal, Alemania y por supuesto, España, dan al mundo por estos días una lección de cuán bajo se puede caer - incluso desde el punto de vista moral y humano- cuando se intenta justificar lo injustificable y salvar solo lo que conviene a los poderosos, a unos pocos, a los que siempre han estado en las alturas, aunque a veces ocultos tras apariencias construídas desde arriba.
No tengo dudas que continuarán las medidas, los "recortes y ajustes" sin argumentos reales, el descontento enraizado ya en los pueblos y sobre todo el empeoramiento de las condiciones de vida de muchos, de la gran mayoría. Pero también -lamentablemente- la inercia irrespetuosa y justificativa de los que responden a la crisis con violencia y desprecio por la vida, por la dignidad humana.