Este 8 de septiembre se celebró el Día Internacional de la Alfabetización. Cuba tiene el honor de haber impulsado desde los primeros días de la Revolución en 1959, una de las campañas de alfabetización más grandes que se hayan realizado, de un carácter popular y participativo, colmado de pueblo, de alegría, de obstáculos, de historias y hazañas colectivas e individuales.
Apenas un año después del triunfo, Cuba se declaraba libre de analfabetismo. Fidel daba cumplimiento así a uno de los acápites del Programa del Moncada, pues era el analfabetismo uno de los grandes males sociales de la población cubana enumerado en su alegato de autodefensa, durante el juicio celebrado a propósito de los hechos del 26 de julio de 1953, conocido como "La Historia Me Absolverá".
La Campaña de Alfabetización fue sin dudas, una gran proeza en la que también la solidaridad tendió puentes desde otras regiones del mundo. Alfabetizadores argentinos llegaron hasta acá para participar y ser protagonistas de esta gran misión de todos y para todos.
Durante estos días, en que Cuba llega a varias regiones del mundo con el programa de Alfabetización "Yo sí puedo", vale la pena honrar a todos los que por primera vez llevaron la luz de la enseñanza hasta lo más recóndito de nuestra isla y a los que hoy lo hacen de forma desinteresada, no importa donde estén o adonde vayan.
Ellos, como los argentinos que protagonizaron la historia que a continuación les muestro, son y serán soldados de la verdad y la solidaridad, esparciendo su ejemplo para vivir en otros como alfabetizadores, como maestros.
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