Durante casi una semana, la hermosa Holguín, ciudad situada a unos 700 kilómetros de la capital cubana y conocida entre otras cosas, por sus hermosos y emblemáticos parques, no amaneció igual.
Desde las primeras horas del día se observaba un ajetreo mayor que de costumbre, los transeúntes se detenían una y otras vez, expectantes, antes los más disimiles acontecimientos, ya sean estatuas vivientes, orquestas musicales o funciones teatrales en el lugar más insospechado posible. Los carros sonaban sus sirenas con más energías, los balcones llevaban banderas de muchos países y carteles o adornos que reflejaban una multiplicidad de voces; los cantos, las exposiciones artísticas, las compañías danzarías y los libros inundaban la ciudad.
Y es que así despierta Holguín cada amanecer durante las Romerías de Mayo. Y yo lo viví, lo digo con orgullo, pues pocas veces en las agitadas vidas cotidianas que a tenemos, podemos apreciar y disfrutar, en un mismo lugar, en una misma ciudad, un entramado cultural y social tan activo como el que se vive en esta gran fiesta de pueblo.
Conocida tradicionalmente por su antecedente religioso, las Romerías siguen teniendo un fuerte componente espiritual y eso nadie lo duda, pero más que eso, es el reflejo de los deseos de integrar culturas, reforzar lazos de amistad entre amigos de todo el mundo, aunar voluntades entre personas que a veces, hasta con muy pocos recursos materiales llegan a esta región de Cuba para compartir, para conocer más de esta Isla caribeña, para acercar a los pueblos y dar un pedacito de lo que saben hacer.
Por eso durante las Romerías hay eventos tradicionales, ya consagrados que no pueden faltar, como el habitual desfile que atraviesa la ciudad desde lo más contemporáneo hasta su centro histórico, para llevar consigo sobre sus brazos el hacha que representa a los holguineros y depositarla en la famosa Loma de la Cruz, símbolo sin igual de esta ciudad.
Pero a ellos se suman iniciativas como los espectáculos de teatro callejero, las exposiciones de importantes artistas cubanos y extranjeros, las descargas de trovadores que se esparcen por todos los rincones desde las horas previas a la inauguración del evento, el espacio para la música electrónica y evento de mayor convocatoria para la cultura de DJ conocido como Electroromerías, y el encuentro entre Poetas del Mundo que esta vez acogió el III Encuentro La Isla en versos en el que participaron reconocidos intelectuales de Chile, Colombia, Brasil, Uruguay, Taiwán, entre otros países.
A esta XX Edición del también conocido como Festival de Juventudes Artísticas, llegó el grupo de rap Cubanos en la Red con su Festival Madre Tierra para sumar a los participantes en las Romerías al empeño de trasladar conocimientos científicos y medio ambientales a la población de una forma amena, atractiva, que refuerce conciencias. Acciones concretas de intervención ecológica como las acometidas en el río Marañón, en los límites de la ciudad de los parques, generaron gran concurrencia, a la vez que artistas de varias generaciones realizaban obras efímeras con desechos recogidos de este lugar.
Nuevamente el espacio dedicado a la proyección y la crítica cinematográfica llegó en el espacio Cámara Azul, ofreciendo talleres y compartiendo criterios, de la mano de importantes especialistas, creadores y profesores de centros prestigiosos como la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños o el Taller Nacional de la Crítica Cinematográfica de Camagüey. El programa tradicional tuvo a su haber otros momentos bien situados en el gusto popular y artístico como el evento Memoria nuestra, Babel, la Fiesta de los Abrazos y Raíces.
Pero en las Romerías de Mayo, cualquier cosa puede pasar y hasta los más inesperado puede estar de pronto frente a ti, en callejones y tiendas, en teatros o espacios públicos, en bibliotecas y hoteles. Por eso a nuestro paso por la ciudad tropezábamos con bandas de música, actuaciones danzarías, deportistas de artes marciales, patinadores que interrumpían el tránsito y alguna que otra compañía como D Morón Teatro que sorprendió a todos con la Leyenda de Barro, una obra conformada por artistas jóvenes cargados de armaduras, cascos, barcos y murallas en pequeñas dimensiones, para trasladar a una Troya viviente hasta el Oriente cubano.
Y no faltó el espacio para el humor, de la mano de humoristas cubanos como Kike Quiñones o el ya conocido Doctor Mente Pollo, o los artistas que desde toda Cuba vivieron cada instante de las Romerías con los participantes. Mención especial para el dúo Buena Fe y su grupo, el cantante Edesio Alejandro junto al suyo o Qva Libre, que hicieron vibrar en más de una ocasión las tarimas improvisadas en varias esquinas de la capital holguinera.
Pero en las Romerías también se presentaron importantes libros y se reflexionó, de conjunto, sobre temas que afectan hoy a la humanidad. Se dedicó un espacio a las causas justas del pueblo cubano y se reclamó, desde las redes sociales en Internet, la liberación de los cubanos presos en Estados Unidos por combatir el terrorismo, se condenaron las acciones de subversión ideológica contra Cuba, se convocó a reforzar el trabajo del Capítulo cubano en defensa de la humanidad a partir de la creación artística y las iniciativas de más jóvenes.
Blogueros de varias partes y de diferentes generaciones también compartieron en las llamadas Bloguerías de Mayo, polemizaron, llevaron al debate en espacios físicos y virtuales los retos ideológicos, cómo enfrentar las campañas mediáticas contra nuestro país, como perfeccionar más el quehacer y la integración de los que llevamos a las redes la Cuba de hoy y la mostramos al mundo, contribuyendo también al perfeccionamiento de la prensa cubana. Y se habló de redes sociales, de blog, se presentaron periódicos digitales de países amigos, se pactaron colaboraciones de trabajo y se ofrecieron intervenciones de lujo, como las de los intelectuales cubanos Raúl Antonio Capote, Omar González y Enrique Ubieta.
Desde la propia convocatoria, se dice que las noveles promociones tienen en las Romerías un lugar especial, por eso en Holguín se reúnen quienes crean y trabajan lo artístico, sin importar la edad, la latitud de que provengan, la manifestación a que pertenezcan o la fama con que cuenten. Por eso también llegó hasta estas calles el proyecto Almas, de Argentina, para demostrarnos como con empeño y mucho amor, no puede haber barreras en el mundo, ni siquiera para las personas que a veces nombramos “discapacitadas” por algún problema físico que tengan.
“Almas” puso a bailar a jóvenes en sillas de ruedas sin importar el ritmo y la música que se tratase, ellos simplemente lo hacían y lo hacían mejor que cualquier bailarín profesional, con una entrega inigualable que contagió a todos con su alegría y que reunió a multitudes a su alrededor, para demostrarnos que solo pueden existe entre los seres humanos, las barreras mentales que seamos capaces de interponer, pues con amor todo se puede.
Y es que, definitivamente, en Romerías todo puede suceder. Uno recorre una y otra vez una ciudad que te atrapa, y la alegría se respira, te abraza y te convoca a ser protagonista de ejercicios experimentales, de obras creadoras, de la más diversa convergencia entre culturas, en esta ocasión traída desde más de 30 países y por más de 700 participantes.
Eso sí, no hay tiempo para el cansancio, no hay espacios para el aburrimiento, ni siquiera se piensa en dormir. Un día tras otro transcurre y los espacios públicos parecen apretados por las multitudes, y desde toda Cuba, desde los cinco continentes y especialmente, desde todos los rincones de Holguín, familias enteras disfrutan el arte joven, lo asumen como suyo y se llevan un pedacito de su energía positiva y buenos augurios gracias a lo que trasmite esta fiesta de pueblo.
Así se viven las Romerías de Mayo. Así al menos las viví yo y el grupo de locos traviesos, amigos, blogueros, colegas de la prensa, que me acompañaron en esta aventura por Holguín, entrelazando lo moderno y lo tradicional, lo espiritual y lo práctico, lo soñado y lo real, respirando vida más allá de la rutina, porque allí nada se repite.
Esperemos desde ya esta fiesta que es de toda Cuba, de las juventudes artísticas del mundo, de los hombres de buena voluntad que amamos la paz, la cultura, más allá de las guerra y la violencia del mundo de hoy y ponemos como centro al ser humano. Y es que de eso aprendimos más en estos días, a ser mejores personas, a querernos y apreciarnos como somos, a unirnos por lazos que no se pueden ver y apreciar a simple vista.
Dejemos entonces las puertas abiertas a la Edición XXII de este carnaval cargado de vida, para que Cuba, como dijo un amigo por acá, siga siendo un país “anormal” según lo que se considera como “normal” en el convulso mundo de hoy. Y digamos sí, nuevamente, a quienes nos confirman que habrá Romerías por mucho tiempo, porque “Todos somos Romerías”.
Durante las Romerías, personas de todas las edades inundan las calles |
Estatuas vivientes encontrábamos en cualquier esquina de la ciudad |
Las Romerías: una fiesta del pueblo |
Debate entre colegas e intelectuales cubanos en las #BlogueriasdeMayo |
Así decían muchos de los protagonistas de las Romerías |
Los niños, protagonistas de las Romerías en todos los parques |
En el Boulevard de la ciudad de Holguín |
con colegas de mi equipo de trabajo y uno holguinero |
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