Hay hombres que debieran llamarse libertad, o futuro, o sueños, o eternidad, o historia. Da igual. Son palabras tan grandes que en cada una se encierra mucho más que una vida.
Hay hombres que no deberían irse nunca, porque nos acompañan en las luchas, en los retos, en las ideas y de pronto se tornan parte indisoluble de la existencia humana.
Hay hombres que se alejan y se quedan, que nos brindan la mano, que nos dan un consejo, que nos dejan la fe, que iluminan caminos y nos diccen "no pares, no te detengas, este es apenas el comienzo".
Hay hombres que son luz infinita...y renacen, se renuevan, se sienten latir sus corazones con una cercanía impactante, y brota de ellos una energía infinita que te impulsa a seguir, sin importar cuán difícil se torne la misión.
Hay hombres imprescindibles y este 19 de mayo mi primer pensamiento es para uno de ellos: para Martí, nuestro Martí, el hombre inmensamente grande, el ser humano extraordinario, el hijo, el hermano, el padre, el amigo, el hombre amoroso, luchador, sencillo, amigo, patriota, amante de la mujer y de la humanidad toda...
A Martí, el de los cubanos, el hijo fiel de Latinoamérica toda, el incansable luchador por las causas justas de este mundo, el hombre que tanto aún nos da y nos enseña, del que tanto aún tenemos que aprender y aprehender, es mi homenaje este día, de corazón..
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