Conozca más del Tsunami Verde (+ Fotos)

 

Parecería que voy a hablar de pelota, de la Serie Nacional de Beisbol y del equipo pinareño, pero no es exactamente así. Confieso que me gustaría ser una ferviente conocedora de estadísticas y hacer valoraciones de jugadas polémicas, poder narrar un juego de pelota y no sé cuántas cosas más, porque  soy amante del béisbol desde que apenas caminaba.

Pero esta vez los invito a acercarse a mi tierra natal de una manera diferente, compartiendo algunas curiosidades que historiadores, investigadores y colegas con los que recientemente compartí, me contaron orgullosos.

Lo primero que fue tierra firme en lo que es hoy el archipiélago cubano es la zona de Viñales; por eso en esa región se han encontrado restos fósiles de dinosaurios marinos y el árbol como especie más antiguo del mundo: la palma corcho.

Como es conocido, la naturaleza premió a los pinareños con la exclusividad de la guayabita del pinar y el mejor tabaco del mundo, en gran parte por el empeño de quienes los producen y han luchado por mantener sus sellos de calidad y autenticidad. La marca de puros relacionada con la familia Robaina es de las más comercializadas en el orbe, al igual que los productos elaborados bajo la marca Ciego Montero.

Pinar del Río tiene entre sus cosas únicas más de 300 cuevas, incluyendo las dos más grandes de Cuba: la gran caverna de Santo Tomás con 46 kilómetros de largo y siete niveles, y la de Palmarito con 54 kilómetros de extensión. Por cierto, se dice que el Valle de Viñales tiene el privilegio de ser el lugar de Cuba donde más variedad de tonos del verde hay y justo allí, las montañas hacen la silueta de Martí de cara al sol.

Pero hablemos de un poquito más de historia. Los patriotas insignes de la provincia son los hermanos Saíz Montes de Oca, quienes dieron su vida siendo casi adolescentes y en su homenaje, la Universidad pinareña lleva su nombre.

El asaltante más joven al Palacio Presidencial durante los hechos del 13 de marzo de 1957  fue un estudiante pinareño de arquitectura llamado Ormani Arenado, cuyo nombra lleva hoy una de las principales escuelas de formación de atletas en la provincia, situada en la ciudad capital.

Antonio Sánchez Díaz, el conocido Comandante Pinares nació en esta región del país y en ella hizo historia un oriental, Eliseo Reyes, el mejor hombre de la guerrilla del Che, más conocido como el Capitán San Luis.

En los primeros años del siglo XX ejerció como médico en tierras pinareñas un joven patriota muy entregado a su profesión, Fermín Valdés Domínguez, el mejor amigo de nuestro Apóstol.

Y si de mujeres pinareñas que hicieron historia se trata, no podríamos dejar de mencionar a Paulina Pedroso, a quien Martí considerara su madre negra;  o a Catalina Valdés, que entregó a sus 14 hijos a la causa de la independencia; a Isabel Rubio, la más conocida de las patriotas de esta región, y a Adela Azcuy,  la única mujer cubana que dirigió personalmente 49 combates en la gesta contra el colonialismo español.

La región más occidental de Cuba le ha dado a la cultura cubana reconocidas figuras en todos los ámbitos, entre ellos la escritora Nersys Felipe, el pintor Pedro Pablo Oliva, la escultora Jilma Madera y los músicos Enrique Jorrín, Pedro Junco y Polo Montañez, entre otros, así como el conjunto lírico Ernesto Lecuona.

En el deporte resaltan nombres que han quedado para todos los tiempos: Omar Linares, Luis Giraldo Casanova, Pedro Luis Lazo, Daimi Perniá, Marlenis Acosta, Pablo Romero, Pedro Pablo Pérez, Mijaín López, Idalys Ortiz, por solo mencionar algunos.

Los pinareños sentimos aún como nuestro y con gran orgullo, el gran orquideario de Soroa, hoy perteneciente a la provincia de Artemisa. Otros lugares que resaltan por su hermosura y belleza natural son el Parque Nacional La Güira y, muy cerca de allí, el río San Diego, en cuyas orillas vierten los manantiales naturales de agua minero medicinales que permiten dar tratamiento médico a miles de personas de todo el país, en el balneario situado en el pueblo de San Diego de los Baños.

En esta misma zona, perteneciente al municipio de Los Palacios, el primer territorio que da la bienvenida a Pinar del Río a los que viajan desde la capital hacia allá, radica uno de los centrales arroceros más productores del país, solo superado por los de la provincia de Granma.

Para los que visiten la ciudad de Pinar del Río, recorrer la calle Martí —calle principal—, es acercarse a la cotidianidad de los que la habitan y transitan habitualmente por ella, y por estos tiempos, la verán en constante renovación. Pero no dejen de visitar lugares como el Teatro Milanés, el antiguo Palacio de Guasch —hoy Museo de Historia Natural—, el Palacio de la Ciudad o el Parque Independencia. Tampoco se vayan de Pinar del Río sin acercarse al estadio Capitán San Luis, el cabaret Rumayor, el instituto preuniversitario vocacional de ciencias exactas Federico Engels, la fábrica de conservas La Conchita, el restaurante La Casona o el proyecto socio cultural Fidias.

Hay quienes dicen que Pinar del Río tiene una “suerte” de imán para los huracanes, y la verdad que no han sido pocos los que nos han tocado y bastante daño nos han hecho. Pero eso nos ha hecho más fuertes, organizados, solidarios y hasta expertos en la construcción de los llamados bohíos “vara en tierra”.

Y es que a los pinareños, más allá de las historias, leyendas y cuentos populares que asumimos como parte del imaginario colectivo, se les conoce por ser muy alegres, sencillos, joviales, optimistas, valientes, sinceros y muy luchadores. Sentimos un sano orgullo de lo que tenemos, lo que construimos, sabemos bien de dónde venimos y cuidamos mucho todo lo que llega a nuestras manos.

Sencillamente, transitamos el mismo común camino de los que vivimos en este archipiélago, aunque tengamos cosas que nos identifican y que llevamos como esencia a donde quiera que vayamos. Los invitamos entonces a nuestra casa, háganla suya con el mismo entusiasmo con que los pinareños hemos acogido esta final de la Serie Nacional de Béisbol y así, también conocerá más del Tsunami Verde.