Melba: más que una heroína, Cuba

Mi homenaje a la heroína del Moncada, la Melba de todos...

Sus pasos parecen cansados, sus ojos ya no tienen el mismo brillo de antes, pero se agrandan ante la algarabía infantil que la rodea cada año el día de su cumpleaños.
Sus cabellos ya no tienen el rizo, la envoltura y el color de antaño, y hasta su piel se ha marchitado un poco. El paso del tiempo se hace notar con la misma intensidad con que brota su sonrisa infinita de sus labios, esos que sí siempre responden de forma vigorosa al cariño, los besos y la risa de los que la quieren, la respetan y la admiran.
A veces la imagino transitar por su casa, ver imágenes, leer libros o soñar despierta con un pasado que inevitablemente no puede desprenderse de su mente, y que en ocasiones, puede tornarse triste, estremecedor,  hiriente. Es dificil e inevitable pensar en los que no están, en los que quedaron en el camino, en los que tantas cosas buenas y malas compartieron, le enseñaron y hasta amaron juntos. Pero retoma la alegría mirando lo que se ha alcanzado, lo que ya no es utopía, la justicia que se construye a diario pero ya es parte del ideal por el que tanto se luchó.
No puedo ni quiero imaginarla triste, no sé si algún día pueda darle un beso, acariciarle la mejilla, sentirla como  a una abuela querida, una madre, una compañera, una amiga que los años y la historia han acercado al presente y al futuro.
No importa si ya son 91 años, si no puedo verla andar tan rápido, si las cicatrices ya son muchas y el amor las ha adornado para darle fuerzas y seguir, lo realmente importante, valiente y verdadero, ha sido su fidelidad, su afán por la vida, por el bien común, su patriotismo, su indicionalidad. Por eso, en su aniversario Melba sigue siendo para mí,  para muchos, más que una heroína, una madre, una linda mujer, un ejemplo, una historia: ella es Cuba.